" Yo tenìa siete hermanitos. de ellos sòlo sobrevivimos tres... y ahora sòlo quedo yo..." - dice mi madre, con sus ojitos cansados que poco reflejan la flama de las candelas que bailan tristemente en la humilde ofrenda. Hoy llegaron a las doce del dìa y nos abandonan mañana a la misma hora cuando arriben los mayores...
Suspira mientras se reprocha sus casi ochenta y cuatro... " no sè que hago aùn aquì "; " por màs que pido me recojan, aquì sigo "...
- Porque uno no se va cuando quiere, sino cuando cumpliò su cometido entre los mortales, le contesto.
- Este año es màs triste que otros, esta maldita crisis en la que los pobres somos cada vez màs pobres y los ricos cada vez màs ricos... no sè a donde nos azotarà.
Los Diputados deliberan contra quienes los hemos encumbrado, impuestos sobre impuestos, - cargas impositivas para quienes menos tienen -.
Mi madre no se entera que cada año me endrogò hasta el que viene con tal de poder vestirle una pequeña ofrenda.
Ella cuenta cada año la leyenda de aquella niña que apurada por poner ofrenda a su madre muerta, sòlo logra juntar unas rajas de ocote que enciende a ùltima hora. Su padre reacio a gastar lo que no tiene se niega a seguir la tradiciòn pero grande fue su sorpresa cuando desde el campo logra ver las ànimas que regresan al inframundo cargando sus frutas y dulces mientras atràs va la de su esposa con sòlo unas ramas de ocote ardiendo... con el amor de su hija...
Muchas son las leyendas que cruzan el paìs en estos dìas... por si las moscas ... humilde... pero està lista la ofrenda...
3 comentarios:
...Te invito a "Palimsesto":
http://belmarblog.blogspot.com/
la noche nos convoca, pues.
Creo que lo que escribiste es una llamada de atención para mí, porque, ahogada como todos en esta crisis, aún es la hora de que no pongo ningún tipo de altar. Quizá mi abuelita venga de visita porque hace pocos días soñé con ella, veré cómo improviso una pequeña ofrenda.
Un abrazo.
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