sábado, noviembre 03, 2012

Ex haciendas henequeneras....

Casco de la exhacienda de Xcumpich que quiere decir "Lugar del árbol encantado", en la zona norte fue propiedad de Audomaro Molina Solíis, hermano del gobernador Olegario Molina Solís, y fue donde por primera vez se habló publicamente del maltrato a los peones

 Hablar de Haciendas en Yucatán es remontarse a casi un siglo de trabajo indiscriminado de los mayas en esos núcleos a donde para vivir, habría que sufrir abusos de todo tipo. Estas históricas construcciones fueron destinadas a tres tipos de producción, a lo largo de su vida en funcionamiento: la ganadera, la agrícola- ganadera y finalmente la henequenera.
Su esplendor se dió por casi un siglo entre la década de 1840 a la primera mitad del siglo pasado. Mientras en el centro y norte del país se acrecentaba la inconformidad por el porfiriato, en Yucatán comenzaba la importación de la fibra natural del Henequén o Sisal.
En el régimen del oaxaqueño Porfirio Diaz se registraron más de mil 200 centros de producción henequenera alrededor de la ciudad de Mérida, de las que ahora se tiene un censo de sólo medio centenar de vestigios, casi todos declarados Zonas de Patrimonio Cultural del Municipio. En otros municipios al parecer no se ha logrado lo mismo.
Estos imponentes núcleos a donde los indígenas veían pasar su vida entre tareas laborales, domésticas y religiosa contaban con una casa princial, casa de máquinas, iglesia o capilla, vivienda del mayordomo,, talleres, caballerizas, depósitos para agua de lluvias, norias y pozos, la tienda de raya, cárcel, curato y dispensario médico, el auge de la producción en sus tres etapas hizo que los propietarios cada vez la volvieran más cómoda pues era el lugar de descanso a donde acudían con amigos.

Ventanas a la historia de una época de abundancia por un lado  y abuso contra los mayas por el otro... 



 En las fachadas, los estilos van desde lo colonial, hasta lo  romano, pasando por lo ecléctico y neobarroco.

Estos centros de poder económico fueron la cárcel para miles de indígenas a quienes se les denominaba peones y a quienes se explotaba, pagándoles con monedas que se acuñaban en la misma hacienda. La propiedad constaba de miles de hectáreas y los peones vivían cerca del casco en pequeñas chozas, pero su mundo giraba entorno a estos colosos a donde se cumplía la ley del propietario.

Abandono y húmedad sn los habitantes de algunos de estos edificios históricos

El antecedente inmediato de la Hacienda fue la encomienda que era un modo de explotación que manejaron los españoles a quienes se les "encomendaba" una extensión de tierra así como un buen número de indígenas a quienes se comprometían a evangelizar y alimentar a cambio de su mano de obra.
Esta relación favorable sólo para los encomenderos no tardo en hacerse insoportable por lo que los mayas comenzaron a agruparse y se levantaron en armas contra los hacendados en 1847 en un movimiento que duró varias décadas dándose por terminado de manera oficial en 1901.
En este período fueron muchas las haciendas que fueron destruídas por los mayas inconformesque llegaron a ganar terreno hasta 30 kilómetros de la capital yucateca invadiendo las haciendas del oriente y las ciudades de Ticul, Valladolid, Bacalar, Tekax e Izamal, despues de ello el duro golpe para la industria henequenera local fue el surgimiento de fibras sintéticas lo que le dió la estocada final a la época de las haciendas.  
Hoy las que aún se niegan a desaparecer son rescatadas por inversionistas restauraneros y hoteleros que tratan de no perturbar el ambiente que aún se respira, lamentablemente algunas están en total abandono y nada se hace por regresarles el brillo de antaño....       
 
  

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