VIVIR EN MERIDA

" Ser madre es como tener oficialmente
el título de mujer, de pertenencia al
gremio; es como pasar a otro nivel;
es una experiencia indescriptible,
poderosa" THALIA.....

Sentada bajo los acariciadores rayos del sol, que caían sobre mis hombros desnudos al morir la tarde, vino a mi mente la fugaz brisa que cayó en esta ciudad al medio día provocando el fresco aroma a tierra mojada sobre esa arbolada avenida que es el Paseo Montejo.

Ahí por las mañanas, personas de todas las edades se ejercitan bajo las ramas caprichosas de árboles antiquísimos.

Casualmente al abrir el Diario de Yucatán, edición que se publica desde hace ya muchos ayeres, llamó mi atención un artículo sobre la salud de personas ancianas y una conferencia vaticana que con relación a ello se efectuó con participación de expertos geriátricos, biomédico, histórico, filosófico, teológico y pastoral.

Ahí el profesor Roberto Bernabei advirtió sobre el envejecimiento en el mundo, recalcó el modo de vida de este sector que a partir de los 75 años viven marcados por patologías, resultantes del consumo de variados medicamentos al mismo tiempo así como una serie de disfunciones físicas, congnitivas, del tono del humor y principalmente socioeconómicas.

Muchas de estas personas sufren la muerte de su cónyuge, del papel social, de los amigos, resultando con ello fragilidad tanto física como espiritual.

En Mérida viven personas de hasta 110 años con favorable calidad de vida ya que aquí esa vida aún se aprecia y valora como el tesoro que es.

De todos los lugares en que me ha tocado vivir, es Mérida donde he visto y sentido más amor y respeto hacia los longevos.