Su presencia, llenaba el pequeño salón que para mi era enorme, a mis escasos 6 ò 7 años, siempre arreglada como muñequita de pastel, con sus zapatos de taconcito bajo pero muy elegantes, sus vestidos de seda y sus alhajas que seguramente eran la herencia de su madre. Con su pañuelo albo en una mano y el gis en la otra, a donde también llevaba un papel con el que borraba el pizarròn. Ella era mi querida maestra Alicia.
No recuerdo si era la mayor o la de en medio pero era parte de la "monarquía" - lo digo de corazón - MurilloVidal. Su hermana Dora era directora de una primaria femenil conocida popularmente como "el mascaròn "; a donde nos canallizaban al terminar el segundo año de primaria y la maestra Clementina nos instruía en el catecismo.Ellas fueron mis amadas maestras.
En la otra primaria recuerdo a Glafira, instructora de 5o.grado a la que todas queríamos porque nos ponía a vender en el recreo cocas y gordas. Nada era tan fascinante como tener el poder de decidir a quien atender ya quien no -y decirles con la mano en la cintura " se acabaron,no alcanzaste ".
La maestra Amalia de sexto era algo así como la pesadilla de cualquier niña, con sus trajes de color tristeza y su peinado impecable, tenía por preferencia a las compañeras deportistas que ponían en alto el nombre de la escuela.
En la Secundaria y Preparatoria, resaltó la educaciòn que recibimos de la " Mises " Linares, quien gracias a sus cartoncitos que pegaba en el pizarròn y a las " miles" de repeticiones, algo aprendimos.
Fue hasta entonces que tuve maestros, algunos muy destacables como el profesor, Medina, Chàvez, Sivilla y Zevallos el doctor Rizzo.
Margarita Kelly fue otra de las entregadas maestras de las que siempre aprendí...
Ya en la universidad fueron muchos los maestros, pero inolvidables: Marcela Prado, Salinas, Romeo Figueroa, Homs, y Serdàn,,,entre otros...
Ahora agradezco a Suaste y Falconi...
El ser humano jamás debe dejar de aprender porque esa es finalmente la esencia de la vida...
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