Sucede que muchas veces perdemos o extraviamos cosas ya sea temporalmente o definitivamente, algunas personas adultas mayores lo hacen a menudo a causa de algun padecimiento o transtorno en la mente - se les atraviesan los recuerdos y confunden fechas y cosas -.
A mi me sucede a menudo, vivo en la distracción total y mi mejor técnica es volver a pisar mis pasos hacia atrás - recorriendo todos los lugares andados - y casi siempre recupero lo perdido.
Doña Nidia era una señora que me ayudó en la limpieza del hogar por algunos años, tras haber nacido mi hijo varón, era un remolino de limpieza profunda que en un dos por tres acomodaba y limpiaba, hasta el último rincón.
Ganó tanto el aprecio de la familia que incluso se hizo acreedora a una cría de mi perra Mini - una salchicha inteligente que a la fecha a veces nos trae de cabeza -, sin embargo por azahares de la vida un día tuvimos que cambiarnos de ciudad y ella me ayudó a empacar el mundo de cosas que tuvimos que llevar de una ciudad a otra...
Paso el tiempo y al acercarse la navidad, revolotee todas las cajas y bolsas que aún no abría - desde la mudanza - a fin de encontrar un mantel pintado a mano con unas hermosas flores de pascua que quería presumir esa fecha y cual fue mi sorpresa al tener que declararlo desaparecido.
Inmediatamente pensé en ella porque cuando vió el mantel me dijo que era una obra de arte preciosa, la mente es una máquina maravillosa, que a veces acomoda todo a su caprichoso antojo y juega con nosotros, ¡fue ella, seguramente se ríe de mi, cuando sus amistades alaban el mantel!, me hizo reflexionar la mente.
Ahora sería Nidia " la mala", - otra chica me ayudó como nana en la nueva ciudad y casualmente se llamaba Nidia que a la postre sería " la buena".
Tambien se extravió una bolsa " de ropa interior sexi" que compré antes de saber que estaba embarazada y fue a dar al rincón de algún cajón, olvidado - pensé yo -.
El caso es que al paso de los años, el mantel apareció despintado y raído en una caja empolvada en una olvidada casa de campo que entonces era nuestra, cómo llegó ahí, no lo sé...
De la ropa interior no supe nada, ojalá haya ido a adornar algún cuerpo por ahí...
pero lo cierto es que si has perdido algo cuidado con la mente traviesa que goza en hacernos pasar malos ratos, y aún peores pensamientos ...
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