En contra de mi intención de dormir y traer a mi mente recuerdos de los Santos Reyes la tarde de hoy, fuí convencida por mi pequeño hijo pre adolescente para visitar el circo, ese mágico mundo que atrae a todas las edades y como siempre salí convencida de que es un viaje en el túnel del tiempo, pese a que este tipo de diversión y de vida - para quienes se dedican a este arte - es cada vez más moderno y ni por asomo se acerca a las peripecias que atravesaban los circos del siglo pasado y sobre todo aquellos que iban de pueblo en pueblo arrancando las sonrisas de los pequeños para los que este tipo de diversión se daba si bien les iba, una vez cada dos años...
Este circo, el Do'Portugal llena las expectativas de los amantes circenses con sus bien preparados números, la " Bola de la muerte", a donde 4 motociclistas parecidos a abejas enfurecidas en un panal, se atraviesan uno frente al otro, ante el asombro de los espectadores que no dabamos crédito ante tanta habilidad, y ni que decir de los jóvenes trapecistas que pese a la red protectora no dejaron de lograr que se nos escaparan gritos de sorpresa ante sus evoluciones, al igual que el artista que atravesaba de un lado al otro el cable, montado en un monociclo, cargando una sombrilla.
Uno de los números más aplaudidos fue el de los tigres de bengala que en conjunto ejecutaron las órdenes de su domador, encerrados en una inmensa reja protectora.
Pero finalmente y como siempre sucede el artista de la noche, a mi gusto fue el Payaso que haciendo una representación chusca de Harry Potter corría de un lado a otro de la carpa montado en una desbaratada escoba....|al rato interpretando a Michael Jackson con su paso lunar y como el payaso orquesta tocando la armónica, la trompeta, los platillos y el tambor a la vez.....
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