Las doctrinas en los meses de diciembre siempre fueron esperadas ansiosamente por mi hermano y mis primos, no faltábamos pues teníamos que ganar el papelito a manera de boleto con el que nos hacíamos acreedores al aguinaldo, al concluir las posadas.
Así pasaron algunos años antes de que considerarán que teníamos la capacidad de comulgar por vez primera... la confesión al sacerdote de nuestros " horrendos pecados " - que tantos puede tener un niño que apenas asoma a la vida - la recuerdo angustiante y dolorosa pues tuve que decir a este extraño lo que yo consideraba malo y que en síntesis se resumía a pelear con mi hermano y mal contestar a mamá cada vez que me mandaba a hacer algún quehacer en la casa.
Los rayos del sol atravesaban los enormes tragaluces en las cúpulas del templo y chocaban para descomponerse en los colores del arco iris apenas tocaban las puntas de las antiquísimas lámparas "arañas " que amenazantes pendían del techo y nosotros estábamos ahí al haber alcanzado ese acto tan importante para el catolicismo como es comulgar - ò recibir por primera vez el cuerpo de cristo -.
Algunas niñas y niños vestían virginales vestidos y trajes blancos desde el tocado hasta los zapatos; otros como nosotros nos apegamos a la libertad que nos habían dado aquellos sacerdotes extranjeros que entonces estaban a cargo de la iglesia. " No importa el vestido, lo importante es que vengan limpios, bañaditos " - dijeron - y dicho y hecho muchos convertimos ese consejo en ropa "casual y de moda ". Nuestras madrinas lo aceptaron y así fue.
Después vinieron los XV y de ahí un desligamiento sin quererlo de la iglesia católica.
Sabia de ella cuando familiares y amigos se quejaban de las nuevas reglas para cualquier evento que se quisiera celebrar ahí. "Por eso la gente los está dejando decía mi padre, quien se quejaba también de los ministros que uno a uno llegaban y se iban - decían los rumores que por no ser aceptados por los " gachupines " -.
El no simpatizó con ellos y menos cuando acompañaba a mamá a escuchar su misa y escuchaba los comentarios ajenos totalmente al evangelio.
Mamá nos llevaba cada vez que podía - ò que nos dejábamos- a escuchar la misa...tienen que creer en Dios - decía - (continuará )
2 comentarios:
Hola parece que estas hablando del Templo de mi comunidad asi son los Sacerdotes, al margen de eso yo guardo buenos recuerdos de la doctrina.
Un Beso y un Saludo.
Según recuerdo, la primera y única vez que me confesé ante un sacerdote fue en mi primera comuniòn, y la verdad ni recuerdo cuales fueron mis malos actos.
Saludos
Publicar un comentario